frases de fogwill



Algunos escritores comienzan sus novelas por el título. No es mala idea. Un día encuentro a Sergio Bizzio y me cuenta que está escribiendo su segunda o tercera novela llamada “Más allá del bien y lentamente”. Como me pareció un buen título que prometía el relato de un larguísimo acto sexual en cuyo curso podría aparecer todo lo que vale la pena contar en la vida y todo lo que se pueda reflexionar sobre la moral, le pregunté de qué trataba y me respondió que no lo sabía porque aún no había salido del primer párrafo. No es una mala manera de empezar: aquel proyecto de Bizzio se convirtió en el guión de cine que soñaba filmar, después una obra de teatro (¡representada por perros!) y, finalmente, sin mayor esfuerzo generó una novela que hasta fue publicada. Sólo una vez comencé por el título. Fue en 1977 y a mis pocos cuentos –dos o tres que acababa de escribir y que nunca publicaría– ansiaba agregar otros tantos para componer ¡un libro!, el soñado destino de cada escritor y me senté frente a la máquina, cargué la hoja que sería la página sesenta de mi librito soñado y escribí con mayúsculas la palabra “MÚSICA”, con la esperanza de que, tironeando de ella, emergiese alguna trama, o un imaginario acontecimiento poético de esos que a veces precipita el azar. Me llevó tres años imaginar el relato y otros dos escribirlo. Música se publicó dos veces y aunque casi nadie lo recuerde es uno de mis relatos menos malos.
Rodolfo Fogwill

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