Frase de Charles Bukowski.
En los peores momentos, en la peor ciudad, si conseguía una habitación pequeña, si podía cerrar la puerta de esa habitación pequeña y estar solo en ella con la cama, la cortinita rota, empezaba a embargarme una sensación agradable; una serenidad singular. No tenía problemas conmigo mismo sino con los lugares de ahí afuera, con las caras de ahí afuera, con las vidas desperdiciadas y destrozadas: la gente que se conforma con la solución más barata y más fácil. Cerrar la puerta de mi habitación era una forma de decir no a todo eso.
Charles Bukowski.
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